Ni las balas detendrán
la verdad.
El artero y cobarde
asesinato que sufriera nuestro compañero periodista Adrián Rodríguez Samaniego, de GRD noticias,
no es más que el estado que guardan las garantías hacia los periodistas,
quienes llevaron a cabo este miserable acto lo único que podrán conseguir es
echarle más leña al fuego, porque por cada periodista o informador que caiga
estaremos mil más para decir lo que no quieren que se diga o que se sepa.
México es uno de los
países en donde la incidencia de asesinatos a periodistas es alta, se posiciona
entre los 5 en donde ejercer el periodismo es una de las actividades más
peligrosas, desafortunadamente los resultados de aclaración son casi nulos, en
los últimos años la cifra de compañeros caídos es por encima de los 250, más 23 en calidad
de desaparecidos, y aquí en nuestro estado van 25 asesinatos, incluido el de Adrián,
nombres como el del director del semanario “Zeta” de Tijuana, y por mencionar
algunos del estado como Linda Bejarano, David García Monroy, María Isabella Cordero, Saúl Noé Márquez,
Rafael Armando Muro y 20 compañeros más,
caídos en el desempeño de su trabajo, la ausencia de garantías para ejercer esta
profesión, o la simulación por parte de las autoridades en negarse a esclarecer
estos sucesos, nos ponen en estatus de alerta, de impotencia, de agravio,
porque le pegas a uno y nos pegas a todos, entramos a un efecto de sospechosismo al ver que por
parte de quien corresponde no se hace nada, ni un ápice de voluntad, sirva este
espacio para levantar una enérgica protesta por los sucesos en donde le fuera
arrancada la existencia a Adrián Rodríguez, y de paso el esclarecimiento de los
más de 250 casos a lo largo y a lo ancho del País, pareciera y que quisieran crear
un efecto dominó, callaron a uno y los demás guardaremos silencio? se equivocan,
porque los demás seremos la voz de Adrián, sospechamos, intuimos que el mensaje
viene directo, viene en lo general, pero no nos amedrentaremos, escogimos este camino, esta labor que la
llevamos como un apostolado y hacernos para atrás sería una afrenta a todos
aquellos que cayeron creyendo que estaban en lo correcto, informar a pesar de
los callos que se pisen, de los intereses que se afecten.
Sr. Gobernador Javier
Corral Jurado, pedimos justicia y gracia, no sólo justicia a secas, exigimos
las garantías necesarias para ejercer el derecho que tenemos de informar, de
opinar, de decir, porque mataran un cuerpo, pero nunca la verdad.
La frase de hoy:
“Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser
importante”
Dios con nosotros.
En La Opinión de: Brenda
Chacón
Publicar un comentario